El caso watergate
- Andrea del Valle
- 24 abr 2020
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El escándalo Watergate se dio en los años setenta, durante la gestión del presidente Nixon en los Estados Unidos. Se trata del robo de unos documentos en las oficinas Watergate, de ahí su nombre. Esta era la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata de los Estados Unidos.
Cuando la conspiración salió a la luz, se inició una investigación en la que el equipo de Nixon no quiso participar. Esto hizo que una investigación de menor importancia pasase a convertirse en una crisis institucional. Poco a poco comenzaron a conocerse irregularidades, actividades clandestinas e ilegales llevadas a cabo por la administración Nixon, lo que provocó su descredito absoluto y multitud de críticas.
Dentro del caso watergate, y al hablar de irregularidades, salieron casos tales como: acoso a la oposición política, organizaciones policiales o servicios de inteligencia, además de acosar a grupos activistas y figuras políticas. Todo esto, como sabemos, va muy en contra de todo sistema democrático. El hecho de que la oposición política no pueda desarrollar su actividad con normalidad.
Los abusos de poder y el destape de todas estas actividades conducirían a la dimisión del Presidente de Estados Unidos en agosto de 1974. De un total de 69 personas implicadas, 48 fueron condenadas y encarceladas, muchos de ellos funcionarios del gobierno de Nixon.
Las repercusiones del caso no habrían sido tales si los medios de comunicación no hubieran dado voz al conflicto. Destacó la cobertura investigativa de The Washington Post, Time y The New York Times. Los periodistas Bod Woodward y Carla Nernstein sacaron a la luz que dejaba en muy mala posición a los niveles superiores del Departamento de Justicia, el FBI, la CIA y la Casa Blanca, al sugerir que el previo conocimiento de la situación y sus intentos de encubrimiento.
La información, la comunicación, y la investigación periodística fueron claves para el desarrollo de esta investigación, al igual que en el caso de los Papeles del Pentágono, del que ya hemos hablado anteriormente. Entrevistas como la realizada a la contable de Nixon, Judy Hoback Miller, revelaron la mala gestión de fondos y la destrucción de registros.
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