Sequía y escasez de agua
- Andrea del Valle
- 29 dic 2020
- 2 Min. de lectura
El cambio climático está creando situaciones extremas y provocando la pérdida de la biodiversidad, poniendo en peligro especies vegetales y animales y agotando recursos naturales como puede ser el petróleo. Pero uno de los recursos que parece el más ignorado también peligra: el agua.
La escasez de agua y la sequía pone en peligro el bienestar y la supervivencia de miles de personas cada año. Su calidad y limpieza es fundamental para evitar la proliferación de enfermedades, en muchos casos mortales. El 70% de la superficie de la tierra está cubierta de agua, pero el 97,5% del agua de mar no es apta para el consumo humano.
El pasado 2019, una de las peores sequías de los últimos 30 años está azotando Angola y Namibia, en el sur de África. Tras dos años sin llover, más de 778.000 personas en el norte de Namibia están ya afectadas, de manera grave o moderada. La inseguridad alimentaria, la desnutrición y las enfermedades ponen en peligro a casi 110.000 niños menores de cinco años.
A pesar de que el cambio climático afecta a todo el globo y no entiende de riqueza, estatus social o territorio, los que más lo sufren en este caso son los más desfavorecidos. Familias sin recursos, sin apenas agua ni alimentos y situados en las poblaciones más remotas, se enfrentan al peligro de contraer enfermedades, desnutrición y, finalmente, la muerte.
Se estima que 1,5 millones de personas en el sur de Angola están sufriendo inseguridad alimentaria. El drama no implica únicamente el peligro directo de la salud de las personas, sino de su forma de vida. La ganadería y los cultivos peligran, y muchos de ellos ya se han perdido por la falta de agua.
A su vez, las estadísticas muestran una bajada en la asistencia escolar debido a la sequía. En muchos de estos casos, los niños deben recorrer largas distancias, y la falta de alimento y bebida hace imposibles estos esfuerzos físicos, creando un pozo sin fondo del que es difícil salir.
La disminución de las precipitaciones también hace mella en los ríos. Muchos de ellos se están secando, y los puntos de agua de los que dependen muchas personas están agotándose. La capa freática disminuye, y se calcula que entre un 40 y un 50% de los puntos de agua ya no están en funcionamiento. En Namibia, el 41% de las escuelas no tienen acceso a un suministro de agua.
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