The Great Hack: El valor de los datos
- Andrea del Valle
- 8 feb 2020
- 2 Min. de lectura
En una sociedad hiperconectada y permanentemente expuesta, el usuario promedio no es consciente de lo que está ocurriendo detrás de todas sus búsquedas y ‘me gustas’ en internet y redes sociales. Debido en parte a este desconocimiento, fue posible que el escándalo de Cambridge Analytica ocurriera. Actualmente, el valor de los datos supera el del petróleo. Es por eso por lo que las empresas más ricas son las tecnológicas.
David Carroll, profesor estadounidense; y Carol Cadwalladr, periodista de investigación en The Guardian, deciden investigar acerca de las acciones llevadas a cabo por Cambridge Analytica. Esta empresa es la protagonista de uno de los mayores escándalos tecnológicos y democráticos. ¿Puede la tecnología cambiar o decantar la opinión de los ciudadanos y por consiguiente, los resultados electorales?
El ahora presidente de los Estados Unidos Donald Trump decide contratar los servicios de Cambridge Analytica. Se trata del proyecto Álamo, donde se desarrolla el brazo digital de la campaña. Encuentran en Facebook el escenario perfecto para publicar anuncios elaborados para cada uno de los ciudadanos considerados ‘influenciables’. Escogiendo bien los estados, distritos y, por consiguiente, a las personas adecuadas, se consiguen ganar unas elecciones y, por tanto, el futuro de la mayor potencia mundial.
Todo este escándalo hace que nos preguntemos si estamos preparados para vivir la era que estamos viviendo. Ni siquiera las leyes saben tratar al completo la situación, realidades nunca antes planteadas.
Internet, las redes sociales, creadas para unir personas, resultan también un útil instrumento para separarlas y fomentar el odio. El resultado es que un pequeño pueblo en Reino Unido sin apenas inmigrantes y grandes infraestructuras subvencionadas por la Unión Europea decida votar ‘sí’ al brexit, afirmando que ‘la Unión Europea no ha hecho nada por ellos’ y haciendo comentarios en rechazo a la inmigración, tal y como cuenta la periodista Carol Cadwalladr.
Es importante que todo ciudadano comience a entender lo que suponen sus búsquedas, los efectos que pueden tener la publicidad que consume, o simplemente los comentarios que haga en sus redes. En un mundo digital donde la libertad parece absoluta, comienza a descubrirse que no es así.
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